Revista
iberoamericana de
contabilidad de gestión
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GESTIÓN
DE LOS COSTES DE CALIDAD Y RENDIMIENTO
DE
LAS PEQUEÑAS Y MEDIANAS EMPRESAS
Profesor Ayudante de la Universidad Politécnica de Cartagena
Catedrático de la Universidad Politécnica de Cartagena
resumen La
calidad es un factor estratégico clave para la competitividad y el éxito
de las empresas, dentro del entorno turbulento y competitivo, en el cual
deben desarrollar sus actividades (Ponemon, 1990; Koehler, 1990; Shank y
Govindarajan, 1994; Asokan y Pillai, 1998; Simga-Mugan y Erel, 2000). La
gestión de los costes de calidad representa la respuesta de la
contabilidad de gestión a las necesidades de las empresas para poder
ofertar sus productos con la máxima calidad y a precios competitivos. El
objetivo del presente trabajo es analizar la relación entre el
rendimiento empresarial (cuantitativo y cualitativo) de las pequeñas y
medianas empresas y: a) la percepción sobre su posición competitiva con
respecto a los costes totales de calidad; b) variables como el nivel
tecnológico, la estrategia aplicada, edad, tamaño y sector de actividad.
Para ello, llevamos a cabo un estudio empírico, con una muestra de 491
empresas. La información procede de dos fuentes: las variables
cualitativas fueron obtenidas de una encuesta personal, y la información
cuantitativa (variables contables) de sus cuentas anuales. Los resultados
muestran, por un lado que los indicadores cualitativos de rendimiento se
ven influidos por la percepción de la empresa sobre su posición
competitiva respecto a sus costes totales de calidad, el nivel tecnológico
y la estrategia aplicada. Por otro, los indicadores cuantitativos de
rendimiento se ven influenciados por el nivel tecnológico, la estrategia
aplicada y la edad de la empresa. palabras
clave: Gestión
de la calidad total; gestión de los costes de calidad; indicadores
cuantitativos de rendimiento; indicadores cualitativos de rendimiento;
regresión lineal. |
1.
INTRODUCCIÓN
Hasta
épocas recientes las empresas trabajaban en un entorno relativamente estable,
con reducida presión competitiva, estructuras jerarquizadas y centralizadas y
productos con ciclo de vida largo. Esto hizo que las empresas basaran sus
estrategias en aspectos como la fabricación de grandes volúmenes, la escasa
diferenciación del producto, las consecuentes economías de escala y la actuación
en mercados de ámbito doméstico. Actualmente, y debido a la innovación tecnológica
y la globalización de los mercados, se ha producido un cambio en el entorno
económico, caracterizado por una creciente incertidumbre y turbulencia. Esto
conlleva la necesidad para las empresas de dotarse de recursos y habilidades
para buscar nuevas ventajas competitivas (calidad, capacidad tecnológica,
innovación en procesos automatizados y flexibles, capital humano, conocimiento,
etc.), con el objetivo del crecimiento y la diversificación.
Para
satisfacer estas nuevas exigencias, las empresas necesitan acometer importantes
modificaciones en sus estructuras: en la manera de concebir su proceso
productivo y en sus relaciones con el mercado. De esta forma, los sistemas de
información tradicionales quedan obsoletos para atender los nuevos
requerimientos demandados en la actualidad, ya que fueron concebidos para dar
respuestas en un contexto productivo diferente.
Esta
nueva posición estratégica provoca alteraciones en las estructuras de costes.
La empresa dispone de una serie de medidas concretas para actuar sobre dichas
estructuras, entre las que cabe mencionar: orientarse a factores clave del éxito
(calidad y tiempo); valoración y eliminación de despilfarros; formalización
de alianzas estratégicas con otras empresas; reingeniería o rediseño de
procesos y productos; etc. De todas estas medidas, las habilidades y acciones
relacionadas con la calidad son fundamentales para la competitividad de las
empresas.
La
gestión de los costes de calidad representa la respuesta de la contabilidad de
gestión a las necesidades de las empresas para poder ofertar sus productos con
la máxima calidad y a precios competitivos. Concretamente,
la gestión y control de los costes de calidad se
configura como una de las nuevas técnicas, herramientas, perspectivas y
proyecciones metodológicas de la Contabilidad de Gestión en España (Lizcano,
1999, p. 81).
La
competitividad se ha incrementado en todos los sectores, lo que ha provocado un
cambio en el comportamiento de compra, pasando del comprador que adquiere lo que
se le ofrece, al comprador que adquiere productos que satisfacen sus propias
especificaciones (Rapley et al., 1999, p. 87). La importancia del enfoque al
cliente, en el contexto de gestión de la calidad total, es puesta de manifiesto
por diversos autores e instituciones (Amat, 1992; Ishikawa, 1994; AECA, 1995;
International Standards Organizations, 2000; Esgrig et al., 2001).
Así, la calidad se ha convertido en un instrumento estratégico muy poderoso
para alcanzar importantes cuotas de mercado, dentro del entorno turbulento y
competitivo en el que han de desarrollar su actividad (Ponemon, 1990, p. 45;
Koehler, 1990, p. 26; Shank y Govindarajan, 1994, p. 5; Asokan y Pillai, 1998,
p. 723; Simga-Mugan y Erel, 2000, p. 228).
Dentro del campo de la investigación en gestión de la calidad total (TQM), son numerosos los estudios empíricos que analizan el efecto que tiene la implantación de un programa TQM en los distintos indicadores de rendimiento y resultado empresarial. El objetivo del presente trabajo se centra en analizar la influencia que tiene la gestión de los costes de calidad, como herramienta fundamental dentro de un programa TQM, en los diferentes indicadores de rendimiento de las pequeñas y medianas empresas.
Para dar cumplimiento al mencionado objetivo, llevamos a cabo un estudio empírico, aplicado a una muestra de 491 pymes, localizadas en la Región de Murcia[1]. Para medir el rendimiento de la empresa se han utilizado dos tipos de medidas: i) rendimiento cuantitativo: este indicador se obtuvo de las variables económicas, construidas a partir de la información contable; y ii) rendimiento cualitativo: este indicador está compuesto por diversas variables que tienen en cuenta aspectos como la posición competitiva de la empresa, calidad del producto o servicio, introducción de innovaciones, productividad de la mano de obra, satisfacción de los empleados, satisfacción de los clientes, flexibilidad para responder a las demandas y necesidades de los consumidores e incremento en la cuota de mercado. Además, también hemos utilizado variables de control, con el fin de considerar factores de contingencia (como el tamaño, la edad y el sector de actividad) y factores relacionados con la innovación (como la estrategia y la posición tecnológica de la empresa).
2.
LA GESTIÓN Y MEDICIÓN DE LOS COSTES DE CALIDAD COMO VARIABLE ESTRATÉGICA
DENTRO DEL CONTEXTO DE GESTIÓN DE LA CALIDAD TOTAL
Tradicionalmente,
las empresas pensaban que ofrecer al mercado productos de alta calidad era sinónimo
de productos con elevados costes. Esa era la excusa utilizada para no gestionar
de forma adecuada este aspecto de tan vital importancia (Barrainca, 1997). En
este sentido, se cumple la teoría tradicional sobre la calidad: es más barato
producir rápido y rechazar los productos que no sean conformes con las
especificaciones, que producir más lentamente productos que sean todos buenos a
la primera (Carmona, 1993). Esta mentalidad empieza a cambiar sobre los años
80, cuando los empresarios se empiezan a dar cuenta de que los productos con
mayores niveles de calidad son los que mayores rendimientos sobre la inversión
obtienen, los que mejor permiten diferenciar el producto o servicio, y los que
hacen aumentar la participación de la empresa en el mercado (Carr y Ponemon,
1994, p. 27; Martínez et al., 2000, p. 3228).
Está
admitido que la calidad es un factor esencial de la competitividad empresarial,
al permitir obtener ventajas competitivas, reducir costes y eliminar
despilfarros (Albright y Roth, 1992, p. 15; Ayuso, 2000; Simga-Mugan y Erel,
2000, p. 228). Así, el éxito de muchas empresas que han adoptado la filosofía
de la calidad total, se ha manifestado en aspectos como satisfacción de los
clientes, mejora continua, motivación de los empleados, ventaja competitiva
sostenible y mejoras en la rentabilidad (Grant, 1995, p. 41). Toda mejora de
calidad en los productos supondrá una mayor participación de la empresa en el
mercado, un mayor crecimiento y desarrollo empresarial, y por tanto, una mayor
competitividad.
Entre
las razones o motivos concretos que han conseguido concienciar a las empresas
sobre la necesidad de medir, analizar y controlar convenientemente los costes de
calidad, destacamos las siguientes[2]:
Los
costes de calidad representan un porcentaje significativo sobre el coste total
del producto[3]
(Kim y Liao, 1994, p. 8; Williams et al., 1999, p. 446) y sobre las ventas
anuales de la empresa (Giakatis et al., 2001, p. 182). Numerosos estudios
demuestran que estos costes pueden suponer entre un 15-20% del coste total de
producción (Vio, 1986), y hasta un 25-30% de las ventas anuales (Koehler, 1990;
Dale et al., 1991; Carr y Ponemon, 1992, p. 65). Cuando
la mala calidad representa un porcentaje significativo en el coste total de
producción, la gestión de los costes de calidad supone la oportunidad más
importante para mejorar la rentabilidad de la empresa (Shank y Govindarajan,
1994, p. 13). Por lo tanto, existe una conexión
directa entre costes de calidad y resultados, de forma que, cada unidad
monetaria ahorrada en estos costes repercute en la misma medida en los
beneficios de la empresa. Una adecuada gestión de los mismos, lleva consigo un
ahorro en los gastos de la empresa, y por
tanto, un aumento en el beneficio de la misma, y en los beneficios de la
sociedad. Siguiendo a Texeira (1992), “cada unidad
monetaria que se deja de gastar en hacer las cosas mal, o en hacerlas de nuevo
en lugar de otras, se transforma en una unidad monetaria de beneficios”; en
este sentido, la calidad no sólo no cuesta, sino que es generadora de
beneficios.
Si
son considerados como herramientas de gestión, los costes de calidad sirven
como detectores de las áreas problemáticas de las empresas, es decir de aquéllas
necesitadas de acciones correctoras tendentes a la consecución de la mejora
continua (Rodríguez, 1997, p. 93). Esto permite eliminar aquellas actividades
que no aporten valor al producto (Texeira, 1992; Keogh y Brown, 1996, p. 33;
Giakatis, 2000, p. 165)[4].
En
la gestión de los costes de calidad deben participar especialistas de todas las
áreas funcionales de la empresa (calidad, ingeniería, marketing, diseño del
producto, contabilidad, etc…), impregnando a todo el personal de la organización
de la filosofía de mejora continua. Consecuentemente, tienden a destruir
barreras de comunicación entre las distintas áreas funcionales de la misma
(Dahlgaard y Kristensen, 1994, p. 209; Goulden y Rawlins, 1997, p. 208;
Giakatis, 2000, p. 165). Asimismo, permiten utilizar un importante repertorio de
medidas no financieras, para algunos aspectos no medibles de los costes de
calidad. La calidad ofrece facetas difícilmente
cuantificables en unidades monetarias, por lo que también se utilizan
indicadores de contenido cualitativo (medidas no financieras), tales como: círculos
de calidad, quejas, accidentes, absentismo, etc…; estos indicadores no
monetarios complementan la información a utilizar, con el objetivo de evaluar
la marcha del sistema de calidad implantado (AECA, 1995).
3.
ESTUDIOS PREVIOS E HIPÓTESIS
Dentro del campo de la gestión de la calidad total, y más concretamente, la gestión de los costes de calidad, la investigación empírica se ha centrado, fundamentalmente, en tres líneas principales: i) analizar las relaciones de intercambio propuestas por el modelo tradicional; ii) analizar la situación de los costes de calidad en una empresa o sector; y iii) estudiar la influencia que ejerce la implantación de un programa TQM en el rendimiento empresarial. Nuestro trabajo se centra, principalmente, en esta última línea de investigación.
Dentro de la primera línea, destacan aquellos trabajos que pretenden contrastar si se cumplen o no las relaciones de intercambio entre las distintas categorías que conforman los costes totales de calidad (costes de prevención, costes de evaluación, costes de fallos internos y costes de fallos externos). Dentro de esta línea de investigación, encontramos los estudios de Plunkett y Dale, 1988; Carr y Ponemon, 1992 y 1994; Ittner, 1994; e Ittner et al., 2001, cuyo objetivo fundamental es el de comprobar si se cumplen o no las hipótesis planteadas por el modelo clásico o tradicional de costes de calidad, en virtud de las cuales, existe una relación negativa entre: i) inversiones en prevención e inversiones en evaluación; y ii) inversiones en prevención y evaluación y costes de fallos internos y externos.
La segunda línea de investigación estaría formada por estudios empíricos aplicados a una empresa o industria concreta[5], destacando los trabajos de De Fuentes, 1994; Keogh y Brown, 1996; Goulden y Rawlins, 1997; Asokan y Pillai, 1998; Rapley et al., 1999; Giakatis, 2000; Simga-Mugan y Erel, 2000, con objetivos diversos: i) medir la importancia relativa de las distintas categorías que conforman el coste total de calidad; ii) analizar las causas principales que provocan los costes de no conformidad; iii) cuantificar el coste total de calidad (bien expresado como porcentaje sobre el volumen de ventas, o bien como porcentaje sobre el coste total de producción); iv) determinar la zona de la curva de costes totales de calidad en la que se encuentra la empresa analizada; v) analizar la concentración de los elementos de coste relacionados con la función de calidad (bien por elementos de coste, bien por lugares de coste); vi) con la información anterior, ofrecer actuaciones de mejora, de cara a la reducción del coste total de calidad; y vii) identificar el sistema de registro y medición de los costes de calidad existente en la empresa.
En cuanto a la tercera línea de investigación, donde se enmarca nuestro trabajo, estaría formada por aquellos trabajos cuyo objetivo principal es analizar la influencia que ejerce la gestión de la calidad total en los distintos indicadores de rendimiento y resultado empresarial. No hay que olvidar que, la gestión de los costes de calidad es uno de los aspectos vitales cuando una empresa se plantea la implantación de un sistema TQM. Por lo tanto, la implantación de un programa de gestión de la calidad total lleva implícita la gestión, medición y control de los costes de calidad.
Dentro de esta línea, destacan los trabajos de Hendricks y Singhal (1996 y 1997), Lemak y Reed (1997) y Agus y Abdullah (2000), donde se pone de manifiesto que la implantación de programas de gestión de la calidad total ejerce una influencia positiva en los indicadores cuantitativos de rendimiento empresarial (valor de mercado de la empresa y de sus participaciones sociales, margen de explotación, beneficio neto, nivel de ventas, costes de producción, rentabilidad económica y activo real).
Por otro lado, en los trabajos de Azaranga et al. (1998), Zhang (2000) y Dean y Terziovski (2001), se analiza cómo la adopción y aplicación de las distintas técnicas y herramientas de gestión de la calidad total influye de manera positiva y significativa en los indicadores cualitativos de rendimiento empresarial (mejoras en procesos y sistemas, satisfacción de los clientes, satisfacción de los empleados, productividad, mejoras en la calidad percibida de los productos o servicios ofrecidos, relaciones con proveedores, posición competitiva de la empresa, número de clientes y cuota de mercado).
Otros aspecto relevante, dentro de esta línea, es el análisis de la relación entre la adopción de la filosofía TQM y los indicadores cualitativos y cuantitativos de rendimiento empresarial. Así, Kaldenberg y Gobeli (1995) y Rahman (2001), muestran una relación estadísticamente significativa entre la adopción de la filosofía TQM y el volumen de ventas, la rentabilidad y el número de nuevos clientes y Martínez (1996) demuestra que el énfasis que pone la empresa en la gestión de la calidad total influye de manera positiva y significativa en el volumen de ventas, la cuota de mercado y los costes de producción. Asimismo, Madu et al. (1996), señalan que la implantación de un programa TQM influye positivamente en las medidas de rendimiento empresarial, tanto a largo como a corto plazo.
En esta misma línea, Tan et al. (1998), encuentran una influencia positiva y significativa entre la adopción de un programa TQM y la cuota de mercado, la rentabilidad económica, el nivel de ventas, los costes de producción, la calidad percibida del producto o servicio y la posición competitiva global de la empresa; Adam y Foster (2000) demuestran que los programas TQM influyen de manera positiva en los costes totales de calidad, y por extensión, en los costes de producción y Kunst y Lemmink (2000), obtienen que los avances y mejoras en los programas TQM ejercen influencia positiva en el rendimiento empresarial hospitalario, medido a través del grado de ocupación, el resultado económico-financiero y la cuota de mercado.
Agus y Abdullah (2000) y Agus et al. (2000) ponen de manifiesto que las prácticas de gestión de la calidad total pueden permitir el incremento en el grado de satisfacción del consumidor, uno de los aspectos más importantes y significativos a la hora de mejorar los indicadores de rendimiento empresarial (rentabilidad, beneficio neto y nivel de ventas); y Esgrig et al. (2001), muestran cómo la introducción y aplicación de la filosofía TQM ejerce una influencia positiva y significativa en los indicadores de resultado empresarial, medidos a través del volumen de ventas y de la cuota de mercado.
En general, todos estos trabajos ponen de manifiesto que la adopción de la filosofía de gestión de la calidad total, a través de las distintas técnicas, métodos y herramientas disponibles (entre ellas, la gestión de los costes de calidad), ejerce una influencia positiva y significativa en las distintas formas de medir y expresar el rendimiento de la empresa (cuantitativo, cualitativo, financiero y no financiero).
En consecuencia, y teniendo en cuenta la revisión de estudios empíricos efectuada, proponemos las siguientes hipótesis de investigación:
H1: La situación de la empresa respecto a sus costes totales de calidad ejerce una influencia positiva en los indicadores cuantitativos de rendimiento.
H2: La situación de la empresa respecto a sus costes totales de calidad ejerce una influencia positiva en los indicadores cualitativos de rendimiento.
4.
METODOLOGÍA Y SELECCIÓN DE VARIABLES
Para
realizar el estudio empírico se ha
tomado como población objeto de estudio a 491 Pymes de la Región de Murcia, de
las que 278 (56,6%) pertenecen al sector industrial, 45 (9,2%) al sector de la
construcción y 168 (34,2%) al sector servicios. En la tabla 1 se recoge, con
mayor detalle, la composición de la muestra, tanto por tamaños como por
subsectores de actividad.
TABLA
1
COMPOSICIÓN
DE LA MUESTRA POR TAMAÑOS Y SUBSECTORES DE ACTIVIDAD
SUBSECTOR
DE ACTIVIDAD |
20 ó MENOS EMPLEADOS |
+ DE 20 EMPLEADO |
TOTAL |
Industria
Cárnica |
8’6% |
3’0% |
5’6% |
Conservas |
3’2% |
11’7% |
8’3% |
Metal-Mecánica
y Fabricación de Equipos |
4’1% |
10’7% |
8’1% |
Fabricación
de Muebles |
4’5% |
7’7% |
6’5 |
Industria
Química, Caucho y Materias Plásticas |
3’6% |
7’0% |
5’8 |
Calzado |
7’7% |
4’0% |
5’8% |
Industria
de la Piedra |
7’7% |
5’7% |
6’7% |
Resto Industria |
8’6% |
10’4% |
9’8% |
TOTAL
INDUSTRIA |
48’0% |
60’2% |
56’6% |
Construcción |
7’0% |
9’7% |
9’2% |
TOTAL CONSTRUCCIÓN |
7’0% |
9’7% |
9’2% |
Comercio
al por mayor |
19’8% |
13’8% |
15’8% |
Hoteles y Campings |
3’6% |
2’7% |
2’6% |
Transportes y Actividades anexas |
9’0% |
5’4% |
6’3% |
Resto de Servicios |
12’6% |
8’2% |
9’5% |
TOTAL SERVICIOS |
45’0% |
30’1% |
34’2% |
TOTAL |
100’0% |
100’0% |
100’0% |
Dado
que pretendemos analizar la influencia que la gestión de los costes de calidad
ejerce en los indicadores de rendimiento empresarial, teniendo también en
cuenta factores de contingencia y aspectos relacionados con la innovación, es
necesario utilizar una doble vía de información. Por un lado, y a través de
una encuesta personal, dirigida al gerente de la empresa,[6]
se obtuvo información sobre el tamaño de la empresa, su antigüedad, sector de
actividad, el tipo de estrategia que sigue, su posición tecnológica, así como
la situación de los costes de calidad, con respecto a sus principales
competidores. Por otro lado, hemos incorporado al análisis las magnitudes económico-financieras,
como valoración síntesis del rendimiento cuantitativo de la empresa. Estos
datos proceden de su información contable, obtenida de la base de datos SABI
(Informa. Informaciones Económicas, S.A.) para los ejercicios 1996 a 2000.
Variable
Dependiente:
Rendimiento empresarial
De
las distintas medidas de rendimiento utilizadas en la literatura empírica,
hemos optado por incluir dos tipos de indicador. Por una parte, un indicador de
tipo cuantitativo, construido a partir de la información contable de las
empresas, y por otra, un indicador cualitativo de éxito empresarial, construido
a partir de la percepción de la empresa de su posición competitiva.
Esta
decisión se ve justificada por diferentes motivos. En primer lugar, los
indicadores cuantitativos procedentes de la información contable pueden verse
alterados por la normativa contable o por las decisiones directivas, al mismo
tiempo que se suelen considerar más como una medida del éxito pasado que del
presente o del futuro (Eccles, 1991; Kaplan y Norton, 1993; McGahan, 1999; Camisón,
2001 y Salgueiro, 2001. En segundo lugar, si trabajamos solo con indicadores
cuantitativos se omiten una serie de activos intangibles, valiosos y vitales
para el éxito competitivo de las empresas (Kaplan y Norton, 1993; Camisón,
1997 y Salgueiro, 2001) y finalmente el
éxito competitivo es un término
relativo (AECA, 1988; Salas, 1992; Cuervo, 1993; Gómez, 1997; Alonso y
Barcenilla, 1999), lo que hace que la posición relativa frente a la competencia
se constituya como uno de los indicadores determinantes del éxito o fracaso de
la empresa.
Variable
Dependiente (I): Rendimiento cuantitativo
Para medir esta dimensión del rendimiento empresarial, y a partir de la información contable de las empresas analizadas (balance y cuenta de resultados), hemos elaborado una batería de indicadores económico financieros, con el fin de reflejar la situación media de la empresa para el periodo analizado (1996-2000). Estos indicadores de rendimiento también han sido utilizados en los trabajos de Kaldenberg y Gobeli (1995), Hendricks y Singhal (1997), Lemak y Reed (1997) y Rahman (2001).
· Recursos generados sobre ingresos de explotación. Refleja el porcentaje que supone el resultado del ejercicio y las dotaciones a la amortización del inmovilizado sobre los ingresos de la explotación.
· Rentabilidad económica. Representa el porcentaje que supone el resultado de explotación y los ingresos financieros sobre el activo total.
· Margen de explotación. Representa el porcentaje que supone el resultado de explotación y los ingresos financieros sobre las ventas totales.
· Rentabilidad financiera. Expresa el porcentaje que supone el resultado antes de impuestos sobre los fondos propios.
Al objeto de reducir el número de variables a introducir en los modelos, y evitar así el problema de la correlación entre las mismas, y poder obtener una visión más completa del comportamiento general de las empresas, llevamos a cabo un análisis factorial, mediante el método de componentes principales con rotación varimax. Los indicadores anteriores se han resumido, por tanto, en un solo factor, capaz de reflejar adecuadamente la marcha del rendimiento cuantitativo de la empresa. Los estadísticos que indican la bondad del análisis factorial efectuado se ofrecen en la tabla 2. A la vista de los resultados, podemos afirmar que el factor resultante refleja de forma adecuada el comportamiento del rendimiento cuantitativo.
TABLA
2
ANÁLISIS
FACTORIAL DE LOS INDICADORES CUANTITATIVOS DE RENDIMIENTO
Variables |
Carga
factorial |
Recursos generados
sobre ingresos de la explotación |
0,638 |
Rentabilidad económica |
0,891 |
Margen de explotación |
0,865 |
Rentabilidad financiera |
0,951 |
Kaiser-Meyer-Olkin
(KMO): 0,713; Bartlett: 2569,78 (Significatividad: 0,000); Varianza total
explicada: 75,1%.
Variable
Dependiente (II): Rendimiento cualitativo
Para medir el aspecto cualitativo del rendimiento empresarial, se pidió a las empresas que expresaran su evolución, en comparación con sus principales competidores, en los siguientes aspectos: la calidad de sus productos o servicios, la introducción de innovaciones, la productividad de la mano de obra, la satisfacción de los empleados, la satisfacción de los clientes con sus productos o servicios, la rapidez de respuesta a las demandas de los clientes y el incremento de la cuota de mercado. El resultado de esta comparación se midió en una escala Likert de 5 puntos (1: muy inferior; 5: muy superior). Para confirmar la fiabilidad de la escala se ha calculado el coeficiente alfa de Cronbach obteniéndose un valor de 0,8487. Asimismo, debemos señalar que las variables cualitativas de rendimiento han sido utilizadas, parcial o totalmente, por Madú et al. (1996), Tan et al. (1998), Azaranga et al. (1998), Agus y Abdullah (2000), Agus et al. (2000), Kunst y Lemmink (2000) y Dean y Terziovski (2001) y AECA (2002).
Con el fin de reducir esta información y de obtener un solo indicador que fuese capaz de reflejar los resultados cualitativos de las empresas analizadas, procedimos a efectuar un análisis factorial con las variables anteriores. Los resultados de dicho análisis muestran que estas variables se pueden agrupar en un solo factor. Los principales estadísticos para medir la bondad del análisis factorial anterior se ofrecen en la tabla 3. A la vista de los resultados, podemos concluir que el factorial obtenido es un buen indicador de los resultados cualitativos.
TABLA
3
ANÁLISIS
FACTORIAL DE LOS INDICADORES CUALITATIVOS DE RENDIMIENTO
Variables |
Factorial Weightl |
Calidad de los
productos o servicios |
0,757 |
Introducción de
innovaciones |
0,646 |
Productividad de la
mano de obra |
0,631 |
Satisfacción de los
empleados |
0,760 |
Satisfacción de los
clientes con los productos o servicios |
0,835 |
Rapidez de respuesta a
las demandas de los clientes |
0,762 |
Incremento en la cuota
de mercado |
0,679 |
Kaiser-Meyer-Olkin
(KMO): 0,838; Bartlett: 1352,96 (Significatividad: 0,000); Varianza total
explicada: 52,92%.
Variables
independientes
Posición
competitiva de la empresa respecto a la gestión de los costes totales de
calidad
Para
medir esta variable se pedía a la empresa que se comparara con sus principales
competidores en cuatro aspectos concretos: inversiones en prevención (para
prevenir la aparición de productos defectuosos), inversiones en evaluación,
(para comprobar la existencia de productos defectuosos), costes de fallos
internos (costes causados por la aparición de productos defectuosos no
transmitidos al cliente final) y costes de fallos externos (costes provocados
por la aparición de productos defectuosos transmitidos al cliente final). El
resultado de la comparación se ha medido en una escala Likert de 5 puntos (1:
mucho peor; 5: mucho mejor). De esta forma se obtienen, para cada empresa,
cuatro puntuaciones (una para cada una de las categorías que conforman los
costes totales de calidad). Para confirmar la fiabilidad de la escala se ha
calculado el coeficiente alfa de Cronbach obteniéndose un valor de 0,8684.
Con
el fin de resumir toda esta información, y obtener un solo indicador que
reflejase la situación de la empresa con respecto a sus costes totales de
calidad, se ha procedido a efectuar un análisis factorial con las cuatro
puntuaciones anteriores. Los resultados de dicho análisis muestran que estas
cuatro variables se pueden agrupar en un solo factor. Los principales resultados
de este análisis factorial se muestran en la tabla 4. A la vista de los
resultados, podemos concluir que el factor obtenido es un buen indicador para
medir la situación de la empresa con respecto a sus costes totales de calidad.
Valores más altos de este indicador reflejan una mejor situación de la empresa
en este aspecto; por su parte, valores más bajos, ponen de manifiesto una peor
situación con respecto a los costes totales de calidad.
TABLA
4
ANÁLISIS
FACTORIAL DE LA SITUACIÓN DE LA EMPRESA
RESPECTO
A SUS COSTES TOTALES DE CALIDAD
Variable |
Carga
factorial |
Inversiones en prevención |
0,840 |
Inversiones en evaluación |
0,845 |
Costes de fallos
internos |
0,880 |
Costes de fallos
externos |
0,822 |
Kaiser-Meyer-Olkin
(KMO): 0,734; Bartlett: 1105,1 (Significatividad: 0,000); Varianza total
explicada: 71,8%.
Factores
de contingencia
a)
Tamaño. Esta variable se midió a través del número medio de
empleados.
b) Edad. Medida a través del número de años transcurridos desde la
constitución o inicio de actividad
c) Sector de actividad. A través del código CNAE, se ha procedido a
reclasificar el total de la muestra en tres sectores de actividad: industria,
construcción y servicios. Con el fin de incluir esta variable en las
regresiones efectuadas, se han construido dos variables dicotómicas, una para
el sector industrial y otra para el sector de la construcción, que toman el
valor 1 cuando la empresa pertenece al sector en cuestión, y 0 para el caso
contrario. El efecto de pertenecer al sector servicios no se ha definido específicamente,
sino que queda reflejado en el término constante. De esta forma, evitamos los
efectos de multicolinealidad, al definir tres variables dicotómicas, una para
cada sector.
Factores
relacionados con la innovación
a) Posición tecnológica de la empresa. Al igual que en el trabajo de García
et al. (2002, p. 15), este concepto ha sido medido a través de la percepción
de la empresa sobre el nivel de tecnología utilizado. La escala está compuesta
por dos categorías:
· Posición tecnológica fuerte o buena: la empresa utiliza tecnología
desarrollada internamente, o bien tecnología adquirida, con el objetivo de
lograr mejores resultados que sus competidores.
· Posición competitiva sostenible o débil: en este caso, la tecnología
utilizada por la empresa es similar o inferior que la empleada por sus
competidores. La empresa sólo invierte en tecnología cuando se ha demostrado
que los competidores han logrado buenos resultados con la misma.
Para
incluir estas características en la regresión, hemos utilizado una variable
dummy. Esta variable toma el valor 1 cuando la posición tecnológica es
fuerte-buena, y valor 0 en el caso contrario. Así, el efecto de una posición
tecnológica sostenible-débil queda reflejado en el término independiente. De
esta forma, evitamos los problemas de multicolinealidad entre las variables
independientes del modelo.
b)
Estrategia. La clasificación de los tipos de estrategia más utilizada
en los estudios empíricos es la propuesta por Miles y Snow (1978) y Porter
(1980), o una combinación de ambas (Dess y Davis, 1984). Estas clasificaciones
identifican la esencia de la mayor parte de las posiciones competitivas de la
empresa (Kotabe, y Duhan, 1993). Esta clasificación distingue tres tipos de
estrategias:
· Tipo A. Estrategia exploradora: suele realizar cambios y mejoras en los
productos y mercados con relativa frecuencia, tratando de ser la primera en
desarrollar nuevos productos, aun con el riesgo de que estas innovaciones no
tengan éxito.
· Tipo B. Estrategia analizadora: mantiene una
base relativamente estable de productos y mercados, mientras que al mismo tiempo
desarrolla de forma selectiva nuevos productos y mercados, tratando de imitar a
las empresas que ya los desarrollaron y tuvieron éxito.
· Tipo C. Estrategia defensiva: ofrece un
conjunto relativamente estable de productos para un mercado relativamente
estable. No está interesada en las modificaciones sino que se concentra en la
mejora continua del trabajo dentro de su campo de actuación.
Con
el fin de incluir esta característica en la regresión, se definieron dos
variables dummy, una para la estrategia tipo A y otra para la estrategia tipo B.
Cada una de esas variables adopta el valor 1 cuando la estrategia de la empresa
es de tipo A o B, respectivamente, y valor 0 en el caso contrario. El efecto de
la estrategia tipo C queda reflejado en el término independiente. De esta
manera, evitamos los problemas de multicolinealidad en las variables
independientes del modelo.
6.
ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS
Para contrastar las hipótesis planteadas efectuamos una regresión lineal múltiple, con el fin de determinar la influencia que ejercen las variables independientes descritas anteriormente sobre el rendimiento de las empresa. Así, en la tabla 5 se muestran los resultados relacionados con el rendimiento cualitativo y en la tabla 6 los relacionados con el rendimiento cuantitativo. En ambos modelos los estadísticos de tolerancia (cercanos a la unidad) y el factor de inflación de la varianza-FIV, señalan la ausencia de multicolinealidad elevada entre las variables incluidas en los modelos. El test de White indicó la no presencia de heterocedasticidad. La aplicación de la corrección por heterocedasticidad de White no resultó en variaciones sustanciales de los parámetros presentados.
Rendimiento
cualitativo
TABLA
5
VARIABLES
QUE INFLUYEN EN EL RENDIMIENTO CUALITATIVO
Variables |
Coeficiente |
Significa-tividad |
Estadísticos de colinealidad |
|
|
|
|
Tolerancia |
FIV |
Término constante
|
-
0,343 |
0,049 |
|
|
Situación
de los costes de calidad |
0,398 |
0,000 |
0,873 |
1,146 |
Edad |
-
0,0316 |
0,715 |
0,961 |
1,041 |
Tamaño |
- 0,000147 |
0,946 |
0,965 |
1,037 |
Sector
industrial |
0,032 |
0,714 |
0,857 |
1,167 |
Sector construcción |
0,131 |
0,411 |
0,886 |
1,129 |
Estrategia
tipo A |
0,397 |
0,002 |
0,786 |
1,273 |
Estrategia
tipo B |
0,175 |
0,059 |
0,814 |
1,229 |
Posición
tecnológica fuerte-buena |
0,412 |
0,000 |
0,890 |
1,124 |
Significatividad
global del modelo (ANOVA Sign.): 0,000; R2: 28,3%; R2 ajustado:
27,1%.
De acuerdo con los resultados de la tabla 5, podemos concluir que el rendimiento cualitativo se ve influido de forma significativa por las siguientes variables:
a) Situación de los costes de calidad. El parámetro asociado a esta
variable muestra que una mejor situación de la empresa en sus costes de
calidad, ejercerá una influencia positiva en los indicadores cualitativos de
rendimiento.
b) Estrategias tipo A y B. El signo del coeficiente asociado pone de
manifiesto que los indicadores cualitativos de rendimiento mejorarán cuanto
mayor sea la actividad innovadora, en productos y en mercados, llevada a cabo
por la empresa.
c)
Posición tecnológica fuerte-buena. El signo del coeficiente asociado
refleja que cuanto más puntera sea la empresa en el desarrollo y aplicación de
nuevas tecnologías, en mayor medida se verán mejorados los indicadores
cualitativos de rendimiento. Es decir, el rendimiento cualitativo empresarial
mejorará cuanto más actividad innovadora, en procesos, lleve a cabo la
empresa.
Finalmente, variables como la edad, el tamaño y el sector de actividad, no ejercen influencia significativa en los indicadores cualitativos de rendimiento empresarial.
Rendimiento
cuantitativo
TABLA
6
VARIABLES
QUE INFLUYEN EN EL RENDIMIENTO CUANTITATIVO
Variables |
Parameter |
Significance |
Estadísticos
de colinealidad |
|
|
|
|
Tolerancia |
FIV |
Término constante
|
-
1,085 |
0,000 |
|
|
Situación
de los costes de calidad |
0,03559 |
0,489 |
0,906 |
1,104 |
Edad |
0,382 |
0,002 |
0,974 |
1,026 |
Tamaño |
0,003201 |
0,297 |
0,964 |
1,038 |
Sector
industrial |
0,261 |
0,025 |
0,815 |
1,227 |
Sector
construcción |
0,05581 |
0,774 |
0,862 |
1,161 |
Estrategia
tipo A |
0,179 |
0,254 |
0,743 |
1,345 |
Estrategia
tipo B |
0,151 |
0,215 |
0,781 |
1,281 |
Posición
tecnológica fuerte-buena |
0,209 |
0,093 |
0,885 |
1,130 |
Global
Goodness (ANOVA): 0,001; R2: 7,9%; R2 adjusted: 5,7%
De acuerdo con los resultados expuestos en la tabla 6, podemos concluir que el rendimiento cuantitativo se ve influido, de manera significativa, por las siguientes variables:
a) Edad. El signo del parámetro asociado demuestra una relación positiva entre la edad de la empresa y los indicadores cuantitativos de rendimiento.
b) Sector de actividad. El hecho de que la empresa pertenezca al sector industrial ejerce una influencia positiva en los indicadores cuantitativos de rendimiento.
c) Posición tecnológica fuerte-buena. De nuevo, se pone de manifiesto que cuanto más intensiva sea la empresa en el desarrollo de actividad innovadora, en mayor medida se verán mejorados los indicadores cuantitativos de rendimiento.
El resto de variables analizadas (situación de los costes de calidad, tamaño y estrategia), no afectan de forma significativa al rendimiento cuantitativo.
7.
CONCLUSIONES
Al analizar la importancia que tiene la gestión y medición de los costes de calidad, como variable estratégica fundamental en la competitividad empresarial, se pone de manifiesto la conexión directa existente entre costes de calidad y resultados, de forma que una adecuada gestión de estos costes se traduce en un aumento de los indicadores de rendimiento empresarial.
En la literatura empírica analizada, son numerosos los trabajos que se centran en analizar la influencia que los programas de gestión de la calidad total tienen sobre los indicadores de rendimiento empresarial. No obstante, el efecto que la gestión de los costes de calidad, como herramienta específica dentro de un programa TQM, ejerce sobre dichos indicadores de rendimiento, no es analizado con mucha frecuencia por los investigadores.
En el trabajo desarrollado, aplicado a una muestra final de 491 pequeñas y medianas empresas, se puede comprobar cómo la situación de la empresa sobre sus costes totales de calidad ejerce una influencia positiva y significativa en los indicadores cualitativos del rendimiento de la Pyme. Sin embargo, no se han encontrado relaciones significativas en los indicadores cuantitativos. Dada la naturaleza de los dos tipos de indicadores utilizados, cuantitativos que están más asociados a un horizonte temporal de más corto plazo, y cualitativos que están asociados a un horizonte temporal de más largo plazo, se pone de manifiesto que la adecuada y correcta implantación de un sistema de gestión y medición de los costes de calidad empieza a ejercer influencia sobre el rendimiento empresarial una vez que ha transcurrido un determinado plazo de tiempo. No hay que olvidar que una de las recomendaciones establecidas por la Asociación Española de Contabilidad y Administración de Empresas (AECA, 1995) a la hora de implantar un sistema de gestión y medición de los costes de calidad es que no hay que tener excesiva prisa en obtener resultados. Es decir, el sistema requiere su tiempo, ya que las mejoras se obtienen como consecuencia de las acciones correctoras adoptadas (Deming, 1989, p. 97; Carr y Ponemon, 1994, p. 26).
8.
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[1] Este trabajo forma parte de un proyecto de investigación más amplio, que con el título “Observatorio Económico de la Pequeña y Mediana Empresa”, financia el Instituto de Fomento de la Región de Murcia.
[2] Para un análisis más detallado, puede consultarse Texeira, 1992; Fernández, 1993; Sáez et al., 1994 y Barrainca, 1997.
[3] Una de las formas más usuales de expresar los costes de calidad, y sobre todo, los costes de no calidad, es como porcentaje o proporción sobre el coste total de producción (Tannock y Earl, 1990, p. 199).
[4] En un estudio empírico, conducido por Pursglove (1996), y aplicado a una empresa industrial, se señala que la empresa utiliza la gestión de los costes de calidad, principalmente, para identificar áreas con elevados costes, así como para iniciar acciones de control, destinadas a mejorar la eficiencia de las mismas.
[5] En la práctica totalidad de trabajos pertenecientes a esta línea de investigación, se trata de la aplicación de la metodología del caso a empresas concretas, no siendo las conclusiones generalizables al total de la población.
[6] El trabajo de campo se inició el 29 de Octubre, y finalizó el 5 de Diciembre de 2001. El diseño general de la muestra realizado se fundamenta en los principios del muestreo estratificado en poblaciones finitas. El tamaño muestral fue determinado para lograr que el margen de error máximo para la estimación de una proporción (frecuencia relativa de respuesta en un item específico de una cuestión) fuese inferior a 0,05 puntos con un nivel de confianza del 95%. En la muestra no se incluyeron empresas de menos de 5 trabajadores.
|
Diego
Miñarro Quiñonero
Profesor
Ayudante de Universidad, en el departamento de Economía Financiera y
Contabilidad de la Universidad Politécnica de Cartagena. Programa de
doctorado en Economía y Dirección de Pymes, en la misma
universidad. En la actualidad ha depositado su Tesis Doctoral, titulada Gestión
y medición de los costes de calidad. Estudio empírico aplicado a pymes,
la cual está pendiente de su lectura y defensa. Su actividad
investigadora se centra en el análisis de las Nuevas Tendencias en el
campo de la Contabilidad de Gestión, y más concretamente, en la gestión
de los Costes de Calidad en la pyme, donde cuenta con algunas
publicaciones y contribuciones a Congresos, tanto de ámbito nacional como
internacional. |
|
Domingo
García Pérez de Lema
Catedrático
de Universidad y Director del Departamento de Economía Financiera y
Contabilidad en la Universidad Politécnica de Cartagena. Miembro de la
Comisión de Valoración y Financiación de Empresas en la Asociación
Española de Contabilidad y Administración de Empresas y Codirector del
Observatorio Económico de la Pyme de la Región de Murcia. Es autor de
diversos libros y artículos sobre temas de contabilidad de gestión, análisis
de estados financieros y predicción del fracaso empresarial. Ha impartido
y participado en diversas, ponencias, seminarios y cursos nacionales e
internacionales. |