LA CONTABILIDAD DE GESTION COMO INSTRUMENTO DE OPTIMIZACION EN EL ESPACIO MICROECONOMICO
Jesús Lizcano Alvarez
(Economistas
- Región Murcia - Junio 1991)
El entorno microeconómico actual está experimentando en España, al
igual que lo viene haciendo en la mayor parte de los países industrializados,
una intensificación cualitativa y a nivel de competencia, por una
parte, así como un
importante grado de
desarrollo y de dinamismo -lo que algunos llaman fenómeno de
"turbulencia"- por otra, que hacen imprescindible la utilización de
unos modelos cada vez más perfectos en el área de la Contabilidad de gestión.
Tanto una optimización del factor humano, de su rendimiento y de su bienestar,
por una parte, como la optimización en las realizaciones de las unidades económicas
de producción o empresas, por otra, -gestoras, además, de dicho factor
humano-, así como el posible incremento de la eficacia en la gestión de los
recursos por parte de las Administraciones públicas, hacen necesaria, como
decimos, una dinamización y constante perfeccionamiento en el ámbito que cubre
esta importante disciplina, la contabilidad de gestión, que no es otro que el
de una información económica de carácter integral en las correspondientes
unidades económicas.
Dejando al margen los razonamientos relativos a su proyección en el
sector público, lo cual necesitaría de un estudio más específico al
respecto, podemos realizar algunas reflexiones sobre la situación actual y las
perspectivas de la contabilidad de gestión -en base a esa necesidad inferida
por la situación del entorno- en lo relacionado con las otras dos unidades
microeconómicas, como son las familias, por una parte, y las empresas, por
otra. Dado que la primera, esto es, el factor trabajo, o, en definitiva, la mano
de obra de las unidades empresariales, se proyecta sobre las realizaciones económicas
a través de las segundas, vamos a hacer una referencia de carácter genérico a
la contabilidad de gestión y sus perspectivas, en relación con el entorno
empresarial.
Conocida es la opinión general de que la contabilidad de gestión ha
venido experimentando durante muchos lustros un cierto estancamiento en base a
que no había llegado a superar, por lo general, los objetivos propios de la
contabilidad de costes convencional. Afortunadamente desde hace unos años se ha
comenzado a apreciar la contabilidad de gestión como un instrumento fundamental
de cara a la mejora de las actuaciones empresariales y al incremento de su
eficacia. Hoy día los profesionales de la contabilidad de gestión están
adquiriendo un papel fundamental como protagonistas de la generación de una
información cada vez más sustancial para los directivos de las empresas. El
profesional de la contabilidad de gestión ha dejado de ser una persona que no
hacía sino contabilizar los costes y ha pasado a ser una persona que debe
trabajar igualmente en reducirlos. Estos profesionales han de elaborar una
información de gran calidad que afecta prácticamente a todos los niveles de
dirección y administración de las empresas, condicionando en buena medida la
eficacia de las correspondientes tomas de decisiones. Otra característica
actual de los "contables de gestión" es su tan necesaria como
constante relación con los ingenieros, los directores de explotación,
responsables de las líneas de productos, así como los propios directivos
generales o managers dentro de las empresas.
Hoy en día en los sectores punta y de alta tecnología se dan cada vez
con mayor frecuencia unos ciclos de vida más cortos en los productos, que
multiplican la importancia de variables "no monetarias" en la
planificación y desarrollo de dichos productos, tales como la calidad, la
frecuencia en su renovación, las características diferenciadoras, etc.
cuestiones que en estos casos han
de ser consideradas en
mayor medida que
las convencionales -por ejemplo, la del coste de producción- a la hora
de tomar las decisiones relativas a los productos.
A nuestro juicio se dan tres factores fundamentales que permiten este
importante desarrollo actual de la contabilidad de gestión: A) El entorno económico;
B) El entorno supranacional; y C) Diversos factores de carácter nacional.
El entorno económico, en primer lugar, del que hemos anticipado el carácter
cada vez más dinámico y acelerado de sus procesos y acontecimientos, se
caracteriza por un muy importante y creciente nivel tecnológico, debido en
buena medida al desarrollo de la informática. Este tipo de desarrollo, de carácter
"intensivo" más que "extensivo", determina que los costes
de investigación, procesamiento, análisis y comunicación de la información
hayan experimentado una muy importante disminución en estos últimos tiempos. Hoy día, con la tecnología
digital se pueden registrar de forma continua e instantánea todos los datos
derivados de las operaciones de fabricación. Los productos pueden ser, por otra
parte, etiquetados con códigos de barra que posibilitan su automático control
dentro de los correspondientes procesos. Todas estas cuestiones hacen que cambie
de forma importante la estructura de los costes, que aumente de forma sensible
el porcentaje de los costes fijos, sobre todo por los costes del personal informático,
de las aplicaciones de software, etc., disminuyendo consecuentemente la proporción
de costes directos en los productos respecto a los costes totales. Por otra
parte, se han desarrollado de forma importante en estos tiempos los sistemas de
fabricación flexibles, que tienen una amplia repercusión sobre los costes de
producción, ya que convierten una buena parte de los costes de una fábrica en
costes conjuntos.
Otra serie de factores que pueden originar una importante expansión de
la contabilidad de gestión son los relacionados con el entorno supranacional.
En el mundo se está gestando un nuevo orden económico a nivel internacional,
que se materializa en una clara tendencia a la mundialización, que puede
determinar sin duda una intensificación de las relaciones comerciales actuales;
esta intensificación supranacional puede ser más intensa en Europa a partir
del año 1993 con la implantación del Mercado Unico.
Por otra parte, los países del Este están experimentando una reconversión
hacia los sistemas de libre mercado, lo cual va a determinar en estos próximos
años un desarrollo espectacular -en este caso de carácter
"extensivo", más que intensivo- de la contabilidad de gestión, ya
que estos países van a salir de unos sistemas propiamente
"administrativos" para sumergirse en el sistema de mercado, lo cual
conllevará el necesario desarrollo de unos adecuados sistemas de planificación
y gestión que impulsarán, en definitiva, la propia contabilidad de gestión.
En lo que se refiere, por último, al entorno nacional, hay que señalar,
en primer lugar, que el nuevo marco legal mercantil en España va a determinar
una importante intensificación de la cantidad de información que las empresas
han de generar por una parte, y que por otra, van a poder manejar, en base a la
información generada por otras empresas con las que se relacionen de una u otra
forma, bien en calidad de clientes, de competidores, de proveedores, etc.
Esta mayor cantidad de información en el sistema microeconómico,
procedente del subsistema empresarial, va a hacer que las empresas puedan
caminar con mayor conocimiento hacia la optimización, puesto que van a poder
disponer de una forma más amplia y automática de unos determinados estándares
o puntos de referencia para que cada empresa pueda comparar sus actuaciones con
las de otras unidades empresariales de forma individual o agrupada. Se trata, en
definitiva, de que las empresas, por una parte, al tener que mejorar la
información económico-financiera externa, de alguna manera habrán de
desarrollar un mejor sistema interno de información; y por otra parte, al
disponer de mucha más información sobre las empresas con las que a uno u otro
nivel están relacionadas, podrán introducir en su sistema de gestión las
mejoras correspondientes para acercarse a los estándares específicos más
convenientes al respecto.
En estos momentos, por lo tanto, se puede afirmar que la contabilidad de gestión está en un proceso de mutación transcendental, que puede, en definitiva, originar importantes mejoras para el desarrollo y la actuación, y por lo tanto para el bienestar, de las distintas unidades que conforman el sistema microeconómico nacional.