PLANIFICACIÓN
Y PRESUPUESTACIÓN DE LA GESTIÓN
MEDIOAMBIENTAL DE LA EMPRESA
Carmen Fernández Cuesta
Profesora
Titular de la Universidad de León
1.
INTRODUCCIÓN
Agujero
de ozono, efecto invernadero, emisiones de CO2, estrategia planetaria,
ecosistema, etc., son términos que se han incorporado al ámbito económico muy
recientemente, y que permiten detectar una preocupación por las cuestiones de
nuestro entorno natural (reservadas anteriormente y casi con exclusividad a
expertos como biólogos, químicos e ingenieros) entre los consumidores, las
administraciones públicas y las empresas.
El
deseo de una mayor calidad de vida provoca que, una vez alcanzado cierto nivel
de desarrollo, los consumidores ya no perciban un mayor consumo de recursos
naturales como medio para incrementar su desarrollo, sino como un progresivo
deterioro que provoca una disminución de su bienestar (desertización, ruidos,
basuras, etc.). En estas condiciones, el consumidor desea productos que, además
de tener calidad y buen precio, sean "limpios".
Los
Estados, en ocasiones presionados por el entorno internacional, consideran
necesario establecer límites a la actuación de las empresas, a fin de
preservar un entorno natural adecuado para la vida de los seres humanos. El
contenido de las reuniones de expertos (vg.: Estocolmo 72, Río 92) y de los
informes internacionales (vg.: Informe al Club de Roma de 1972, Informe Global
2.000 de 1980; Informe Brundtland de 1987) llega a un gran número de personas,
generando una demanda social creciente en estas cuestiones. Como consecuencia,
la legislación en materia medio ambiental prolifera de forma inusitada en los
países desarrollados.
Casi
repentinamente, en medio de una gran confusión, las empresas se han dado cuenta
que todo ello les afecta de forma inmediata y profunda,
pudiendo traducirse en términos de costes que inciden en su competitividad y
por tanto en su supervivencia.
El
trabajo que presentamos analiza los aspectos básicos de la gestión medio
ambiental de la empresa, desde un enfoque de Contabilidad de Gestión.
Abandonamos por ello el campo de la política medio ambiental [1],
salvo en aquellos instrumentos de la misma que repercuten directamente sobre la
planificación y la presupuestación de la gestión empresarial.
2.
PLANIFICACIÓN DE LA GESTIÓN MEDIO AMBIENTAL
En
función del grado de asimilación de la problemática en estudio, las empresas
pueden adoptar las siguientes posiciones [2]
ante la gestión medio ambiental:
1º
Ignorancia y poca o ninguna atención.
2º
Soluciones puntuales para los problemas críticos.
3º
Cumplimiento escrupuloso de la legislación en vigor.
4º
Gestión medió ambiental limitada a las áreas técnicas.
5º
Gestión medio ambiental en todas las áreas de responsabilidad.
Desechada
la primera de estas posiciones, reservada a países en vías de desarrollo [3],
nuestro trabajo adopta como premisa que la gestión medio ambiental, como
cualquier otro aspecto de la gestión empresarial, ha de incardinarse en el
modelo gerencial de cada empresa y por ello ha de ser coherente con los fines
generales de dicha empresa, "los cuales unidos a la propia cultura,
determinan el marco de actuación, la filosofía y el "modus-operandi"
de cada empresa" [4]
Por
ejemplo, la conservación del entorno natural puede incidir significativamente
en el objeto de la empresa, como ocurre en los negocios de asesoramiento
(financiero, jurídico, técnico, etc.) medio ambiental, y sin embargo la gestión
medio ambiental de dicha empresa puede verse implicada sólo en la solución de
problemas críticos.
En
el otro extremo se sitúa Allied-Signal Inc. cuyo "Programa de salud,
seguridad y medio ambiente" viene desarrollándose desde mediados de los años
setenta [5].
Cada sector de esta compañía cuenta con personal responsable de asegurar que
las actividades se realizan de acuerdo con sus propias normas internas y con la
legislación en vigor sobre sanidad, seguridad y medio ambiente. Además, cada año
evalúa el impacto de cada una de sus áreas en estos tres campos (sanidad,
seguridad y medio ambiente), utilizando para ello una metodología específica
que incluye cuatro fases básicas: 1º Preparación; 2º Revisión "in si
tu"; 3º Información sobre los objetivos alcanzados (información que se
utiliza también para el control de calidad) y 4º Actuación.
Como
se observa a través de estos dos ejemplos, cada empresa ha , de atender a los
aspectos que se deriven de las necesidades concretas de su modelo de gestión,
de ahí que nuestras propuestas necesariamente hayan de ser flexibles y tengan
como base los principios generales de gestión empresarial en una economía de
mercado.
Con
la planificación estratégica, la empresa define su rumbo a largo plazo y
selecciona la posición que desea ocupar en los próximos años [6].
Dicha planificación tiene especial importancia en el ámbito de la gestión
medio ambiental cuando, en el modelo gerencial, se considera que el desarrollo
económico tiene un límite Impuesto por la propia naturaleza. Bajo estas
condiciones, el horizonte temporal se amplía por el cambio de consideración de
la empresa, que deja de ser un sistema cerrado para conformarse como un
subsistema y por tanto con carácter abierto [7].
Si
en la planificación estratégica se estima por ejemplo, que el consumo de
ciertos recursos naturales debe ser paralelo a su renovación, el ahorro de
costes puede ser significativo, ya que para algunos de estos
recursos (como el aire, el agua o los bosques)[8]
1a renovación a largo plazo, cuando es posible realizarla, genera costes mucho
más elevados que la renovación a medida que tiene lugar su consumo.
La posición adoptada en la planificación estratégica condiciona la planificación táctica (a medio plazo) y los planes de acción a corto plazo, sobre decisiones como selección de tecnologías o de factores, tratamiento de efectos no deseados y diseño y distribución de productos. Esta delimitación sólo pretende facilitar la exposición, pues en la realidad se trata de decisiones con fuertes interrelaciones entre si y con otras decisiones.
2.1.
Selección de tecnologías
Es
necesario diferenciar entre aquellas empresas que, desarrollando unos procesos
productivos determinados, desean corregir los efectos nocivos que provocan o
deciden modificar parcialmente la tecnología en uso, de aquellas cuya opción
tecnológica se deriva del inicio de procesos productivos nuevos para ellas.
En
el primer caso el cambio tecnológico es parcial, y en su planificación ha de
tenerse en cuenta, entre otras restricciones, que:
1º
La nueva tecnología ha de ser compatible con las tecnologías en uso y que se
mantendrán en el horizonte temporal considerado.
2º
Las tecnologías para el tratamiento "a posteriori", es decir para
corregir efectos nocivos, son en ocasiones "tecnologías de bajo
coste", pero en otras ocasiones resultan muy costosas, no sólo por
requerir un gran volumen de la inversión y su mantenimiento, sino también
porque no siempre permiten obtener los resultados apetecidos. Esta última
consideración hace que exista la posibilidad de futuras sanciones y
responsabilidades, ante un endurecimiento de la legislación me- dio ambiental,
y de una disminución de la competitividad si los competidores disponen de
equipos más adecuados [9].
En
la planificación de la introducción de una tecnología nueva para la empresa,
la restricción señalada anteriormente en primer lugar no opera, pero si
conserva su gran importancia la segunda. En este caso (si es posible, también
ante un cambio tecnológico parcial) han de estudiarse las alternativas
ofrecidas por las "tecnologías limpias" que, si bien generalmente
suponen una fuerte inversión inicial, permiten a medio y largo plazo un ahorro
de costes sustancial, al ser su objeto la generación mínima de residuos.
Todo
lo expuesto hasta el momento se enmarca en los criterios generales de selección
de tecnologías [10]
y, especialmente, ha de tenerse en cuenta el entorno en que se desarrolla la
actividad productiva. Por ejemplo, a fin de disminuir el consumo de petróleo y
sus derivados (recurso no renovable y altamente contaminante), puede adoptarse,
una tecnología basada en la utilización del biogas procedente de residuos
humanos y animales. Esta fuente energética es de uso frecuente en China y en el
Sureste de Asia [11] pero requiere unas instalaciones y unos conocimientos
técnicos específicos.
En
España, la oferta de nuevas tecnologías medio ambientales se , ha centrado básicamente
en tecnologías correctoras y de tratamiento de residuos [12]
De ahí que, en la fase de planificación, nuestras empre- sas hayan de
considerar la elevada dependencia del exterior que esta situación comporta y
que supone la necesidad de importar bienes de equipo y materiales sofisticados,
obtener licencias de fabricación, contar con la asistencia técnica de empresas
extranjeras, etc.
2.2.
Selección de materiales
La
selección de materiales depende básicamente de la tecnología que permite
desarrollar el proceso de producción. La posición adopta- da en el modelo
gerencial de nuevo es clave.
Si
la entidad se sitúa entre aquellas que sólo pretenden solucionar problemas críticos,
no le preocupará si los recursos materiales que consume son renovables o no,
salvo para aquellos recursos cuyo agotamiento se prevea a medio o corto plazo,
en cuyo caso, de no haber sustitutivos, probablemente tendrá que soportar un
aumento de los costes.
Bajo
estas condiciones, la planificación medio ambiental a largo plazo es prácticamente
inexistente y la amenaza de futuras sanciones., y de pérdida de competitividad
ante cuestiones problemáticas futuras no suele detectarse.
Cuando
la posición de la empresa estriba en el cumplimiento escrupuloso de la
legislación en vigor, en la selección de materiales también ha de tener en
cuenta los efectos contaminantes que cada material puede generar. Así pues, las
posibles opciones se verán afectadas por el coste de eliminación de los
efectos nocivos contemplados por la legislación en vigor.
En
esta situación, la planificación de la gestión medio ambiental aún
es muy reducida, quizá porque, entre otras razones, la empresa" aún puede
optar por el consumo de materiales poco perjudiciales para el
medio ambiente. Sin embargo, cuando no es posible o suficiente: para evitar la
contaminación un cambio en los materiales a consumir, esta escasa planificación
puede conducir a realizar cambios financieramente más arriesgados, más
repentinos y más radicales en el proceso productivo, ante un cambio
legislativo.
En
la selección de materiales tiene gran importancia el estudio de reciclados,
cuando todas las áreas técnicas están implicadas en la gestión medio
ambiental. Estos reciclados pueden suponer un ahorro de costes por consumo
interno o por venta a terceros como desechos. [13]
Por
ejemplo, Air Products and Chemical Inc.[14]
ha demostrado que
es posible utilizar goma de neumáticos recauchutada para la fabricación de
diversos productos como suelas de zapatos, reveses de alfombras o cintas
transportadoras. El ahorro de costes que ocasiona la sustitución de poliuretano
por goma modificada es muy significativo, tanto en materias primas como en energía.
Consideraciones similares pueden hacerse para el vidrio, la pasta de papel y
algunas baterías.
Por
último, cuando la gestión medio ambiental abarca a todas las áreas de
responsabilidad, la preocupación por el consumo de recursos renovables
y no renovables, las posibilidades de reciclado, los efectos contaminantes, etc.
se generaliza, es un aspecto esencial del modelo gerencial y suele ponerse de
manifiesto en el entorno social de la empresa.
2.3.
Efectos medio ambientales no deseados
Incluso
cuando es máximo el grado de asimilación de la problemática medio ambiental,
la empresa suele encontrarse con problemas más o me- nos graves debido al
impacto de su actividad sobre el entorno natural. La importancia de estos
efectos a veces se reduce al ámbito local, provocando una pérdida temporal de
imagen, de ingresos o de riqueza en la empresa. En otras ocasiones, su
importancia es global, amenazando incluso al futuro del hombre [15]
En
el ámbito de la planificación es necesario diferenciar entre actividades cuyos
efectos son reversibles, irreversibles, acumulativos o retardados[16],
a fin de evitar sus causas y las responsabilidades que de ellas se derivan. [17]
a)
Actividades con efectos reversibles, es decir, que tras la puesta en práctica
de determinadas medidas descontaminantes permiten recuperar el habitat natural.
Entre ellas pueden citarse el saneamiento de aguas, la restaura- ción del suelo
erosionado, etc.
Al
planificar estas actividades debe preverse que la entidad se verá afectada por
actividades complementarias de descontaminación y re- novación del entorno
natural.
b)
Actividades con efectos irreversibles, como por ejemplo aquellas que suponen
grave riesgo para la vida humana, desaparición de especies, consumo de recursos
no renovables, obtención de residuos tóxicos y no biodegradables, etc.
Los
fines generales de la empresa, su propia cultura, su filosofía incluyen un código
ético que rechaza determinadas actividades. Una gestión medio ambiental
adecuada exige que, en dicho código ético, se expliciten los juicios de valor
adoptados en la gestión, pudiendo rechazar las actividades con efectos ecológicos
irreversibles por considerar que no existen ingresos capaces de compensar su
coste ecológico [18].
c)
Actividades con efectos acumulativos, es decir, que surgen como consecuencia de
la suma de actividades, siendo poco relevante el efecto aislado de una sola
actuación.
Si
estos efectos se generan por la actuación de varias entidades, a lo indicado
para los efectos reversibles habrá de añadirse la planificación de acciones
coordinadas con las entidades con las que habrá de compartirse la limpieza y/o
renovación del entorno. En cuanto a las actividades irreversibles es aplicable
lo señalado anteriormente.
d)
Actividades con efectos retardados, es decir, con efectos que se manifiestan en
periodos diferentes ( a veces varios años después) al que se realiza la
actividad que los genera.
Cuando
es posible prever dichos efectos, la planificación ha de tomarlos en
consideración por tratarse de efectos reversibles, irreversibles y/o
acumulativos a medio o largo plazo.
2.4.
Del diseño a la distribución de productos
Entre
los mayores cambios, de estos últimos años, operados en el entorno empresarial
cabe señalar la ampliación al ámbito mundial de la competencia y la
inevitable adaptación a las necesidades específicas de los clientes. Ante
ellos, .las políticas productivas han pasado de modelos masivos centrados en
economías de escala a modelos selectivos centrados en economías de gama
(scope) y del diseño de productos de larga vida a rápidas modificaciones en el
diseño de los productos [19].
Además,
han de añadirse las nuevas exigencias de los clientes y el nuevo entorno
legislativo. Como señalábamos en la introducción, el cliente potencial cada
vez exige con más ímpetu que los productos y su proceso de fabricación sean
respetuosos con el entorno natural. Por su parte, la legislación en materia
medio ambiental cada vez es mas extensa y los delitos ecológicos cada día
conllevan mayores sanciones.
Bajo
estas condiciones, las etapas del proceso de selección de nuevos productos[20]
se ven afectadas por cuestiones medio ambientales ignoradas hasta hace muy poco
tiempo.
Con
la generación, búsqueda y selección de ideas se trata de conocer los deseos
de los posibles clientes y aquello que les produce un profundo rechazo, así
como filtrar las ideas que resulten más acordes con el modelo gerencial, los
fines y la cultura de la empresa y a la vez sean compatibles con sus recursos
actuales o potenciales. La obtención de información de los clientes, los
proveedores, la competencia, los consumidores en general y, por supuesto, los
directivos y trabaja- dores de la empresa es esencial.
En
la gestión medio ambiental pueden identificarse, entre otros, el deseo de que
la vida y la salud humana esté protegida, se conserve el aire, el agua y el
suelo y sus especies, se disminuya el consumo de re- cursos no renovables; el
rechazo de las basuras, los ruidos, los malos olores, etc. Combinando estos
aspectos puede alcanzarse una idea aproximada de las características medio
ambientales del producto que desea el consumidor y potencial cliente. Algunos
ejemplos nos facilitarán la compresión de este posicionamiento.
En
el mercado de los detergentes domésticos o de los envasados en aerosol, el
rechazo se ha utilizado como motivo y lema para mejorar los productos ya
existentes. Expresiones como "detergente sin fosfatos",
"componentes activos biodegradables", "amigo del ozono" o
"no daña el ozono" son habituales en este tipo de productos.
En
un campo muy distinto, el mercado del automóvil experimenta continuas
inversiones en investigación y desarrollo [21].
General Motors (USA) cuenta con un vehículo cuya carrocería es de plástico,
resultan- do un vehículo más ligero y por tanto con más ahorro de energía.
En la industria europea, aproximadamente las tres cuartas partes de las piezas
de los automóviles son de acero o de aluminio, dirigiendo sus investigaciones
fundamentalmente hacia el automóvil eléctrico. En el salón de Frankfurt del
mes de septiembre de 1992, se presentaron modelos de Peugeot 106, Citroen AX y
Renault Clio eléctricos. Así mismo se está investigando sobre la cuba catalítica
para el motor Diesel, el vehículo eléctrico para carretera (híbrido
termico/eléctrico), el motor de tiempos (que reduce el consumo de carburante
entre un 15% y un 20%), el motor de turbina, los sustitutivos de los derivados
del petróleo, como el gas, los biocarburantes, el metanol, el hidrógeno, etc.
Seleccionadas
las ideas, la fase siguiente consiste en evaluar los efectos económicos que de
ellas se derivan. Cuando dicha evaluación permite seguir adelante, llega el
momento de desarrollar el producto y, si es necesario, construir prototipos.
En
esta fase es vital la elección de los atributos del producto. Por ejemplo, como
señalamos anteriormente, los fabricantes de automóviles europeos han optado
por realizar investigaciones conjuntas para lograr nuevos productos menos
contaminantes y con mayor ahorro energético, lanzando prototipos de forma
individual y bajo el nombre con el que el cliente potencial conoce los productos
actualmente en el mercado (Renault Clio, Citroen AX, Peugeot 106).
El
diseño de la mezcla de marketing más adecuada para el lanzamiento del producto
es también muy importante pues, si a pesar de todos los esfuerzos por respetar
el medio ambiente, el cliente potencial duda de los efectos sobre el entorno
natural de dicho producto, el porcentaje de rechazos se incrementará. De ahí
que cada vez sea mas frecuente mostrar en la publicidad los esfuerzos
realizados.
En
una reciente publicación [22],
Papelera Peninsular afirma:
"La
fabricación de papel reciclado emplea como materia prima materiales
recuperados, adecuadamente seleccionados y clasifica- dos según su utilización
... De no utilizarse estos materiales entraríamos en una espiral de despilfarro
que limitaría el desarrollo, creando problemas incalculables al medio ambiente
...
En
Papelera Peninsular, toda la energía necesaria para el proceso ri:
de fabricación, tanto energía eléctrica para los motores, como energía térmica
para el secado de papel, es producida en la Fábrica de una forma no
contaminante, empleándose una tecnología limpia...
Hay
que recordar que en la fabricación de papel reciclado se busca
la fórmula de producción de menor impacto medio ambiental, y consecuentemente
en Papelera Peninsular la pasta no es blanqueada
con procesos químicos ...
El
papel reciclado es la opción natural por excelencia."
Superada
la fase de desarrollo del producto y construcción de prototipos, el producto se
comercializa en un mercado a prueba en condiciones similares a las definitivas.
Cuando los resultados de la prueba son satisfactorios, se lanza el producto, en
caso contrario será necesario modificar los atributos del producto ó la mezcla
de marketing, o bien eliminar el producto[23]
Si
el producto a lanzar es fruto de una mejora o ampliación de otro u otros
productos de la empresa todo este proceso suele simplificarse. Bajo estas
condiciones, la investigación y la previsión del momento para retirar el
producto antiguo generalmente son variables que requieren un estricto control.
En
ocasiones pueden coexistir el producto antiguo y el nuevo, Con frecuencia a
precios de venta diferentes. Así ocurre por ejemplo en la denominada "gama
de modelos ecológicos" de automóviles, en los que el precio de venta del
producto es más elevado al introducir "sistemas anticontaminantes",
es decir, gasolina sin plomo, convertidor catalítico (catalizador), combustión
pobre, etc.[24]
En
otras ocasiones, la introducción de tecnologías que disminuyen el impacto
sobre el entorno natural reducen también los costes, por recuperación del
calor residual, mejora del rendimiento de calderas, generadores y hornos, etc [25].
A su vez, esta reducción de costes de pro- duc,::ión permite mantener
(raramente disminuir) los precios de venta.
3.
PRESUPUESTACIÓN
Una
vez definidas las estrategias, seleccionados y evaluados los objetivos,
programadas las etapas y determinadas las actividades, es necesario reflejar
todo ello de forma cuantitativa y a corto plazo, a través de la presupuestación.
El
presupuesto[26]
"es un plan, integrado y coordinado que se expresa .1 en términos
financieros, respecto de las operaciones y recursos que 1 forman parte de una
empresa, para un periodo determinado con el fin j de lograr los objetivos
fijados por la alta gerencia".
La
incidencia de variables medio ambientales en la elaboración del presupuesto
anual depende de nuevo de la posición adoptada por la empresa ante este aspecto
de la gestión empresarial. Es evidente que cuando la empresa ignora o presta
poca o ninguna atención a dichas variables, en la elaboración del presupuesto
se prescinde las misma. En cambio, cuando la gestión medio ambiental abarca
todas las áreas de responsabilidad, las variables medioambientales consideradas
en la planificación pueden tener efectos muy significativos sobre la
presupuestación.
3.1.
Presupuestos de inversión, financiación y costes financieros
Con
carácter general, el proceso de inversión puede describirse como sigue[27]:
la empresa solicita en el mercado financiero los fondos que necesita para
realizar el proyecto, comprometiéndose a devolver- los, junto con sus
correspondientes intereses, en los plazos pactados. Con los recursos obtenidos,
en el mercado financiero, la empresa rea- liza la adquisición que precisa en el
mercado de inversión. Durante sus años de vida útil, la inversión
proporciona una serie de flujos de caja.
La
interrelación entre los presupuestos de inversión y financiación queda puesta
de manifiesto en la descripción anterior, así como su incidencia sobre el
presupuesto de Tesorería. El presupuesto de costes financieros refleja los
costes derivados de estas operaciones de capital junto con los propios de las
operaciones corrientes.
El
criterio contable tradicional de valoración de inversiones en in- movilizado es
el de coste histórico o precio de adquisición. En virtud de este principio[28]
sólo es activable como inmovilizado el coste de adquisición o producción de
dicho inmovilizado generado antes de su puesta en condiciones de funcionamiento
ó, si su generación es posterior a la entrada en funcionamiento, que suponga
un aumento de la capacidad, vida útil o valor residual de dicho inmovilizado.
En
la práctica, este criterio presenta grandes dificultades. Unos costes formarán
parte del presupuesto de inversiones, mientras que otros incidirán sobre los
presupuestos operativos por no reunir los requisitos de capacidad, vida útil y
valor residual anteriores[29].
La repercusión sobre los resultados de los primeros es a través de la
amortización del inmovilizado cuyo valor incrementan. Para los segundos, su
computo como gasto de un periodo dado depende de la aplicación de los
principios de devengo y correlación de ingresos y gastos. Todo ello matizado
por los principios de prudencia e importancia relativa.
Los
cambios en la legislación pueden originar modificaciones importantes en estos
criterios. Así, tras las normas de 1988 de la Environmental Protection Agency
(E.P.A.) sobre prevención y limpieza de vertidos y filtraciones, las empresas
estadounidenses pueden encontrarse con que, a través de una adquisición, una
permuta, una fusión, etc., reciben una propiedad con amianto, policloros,
bifenilos o tanques de almacenamiento subterráneo[30]. Las obligaciones derivadas de esta situación pueden
ser muy elevadas, de acuerdo con las normas de la E.P.A., mientras que la
cobertura de las pólizas de seguros es pequeña.
Frente
a esta situación, la Society of Cerfied Public Accountants (CPA) del Estado de
Nueva York ha emitido dos normas[31]
a)
EITF-Issue 90-8: "Capitalization of Costs to seat Environmental
Contamination"
b)
EITF-Issue 89-13: "Accounting for the cost of Asbestos Removal".
Definidos
los costes medio ambientales como[32]
"aquellos que con- trae una entidad para contener, neutralizar, prevenir o
eliminar la contaminación ya existente o que pueda producirse en el
futuro", se considera que dichos costes pueden capitalizarse cuando se
satisface al menos uno de los tres requisitos siguientes:
1)
Amplían la vida útil.
2)
Reducen o imposibilitan la contaminación futura.
3)
Se contraen a fin de preparar un inmovilizado para su venta.
En
el caso particular de las inversiones con fibras de amianto, la CPA [33]
considera activables los costes contraídos para tratar dichas fibras, dentro de
un periodo de tiempo razonable, una vez que se ha comprobado la existencia de
este problema.
Estos
planteamientos amplían los criterios contables tradicionales, abriendo la
posibilidad de diferir en el tiempo costes medio ambientales. Por tanto, una vez
detectadas las anomalías anteriores, es posible que los presupuestos de inversión
y financiación iniciales hayan de modificarse. Además, conllevan una revisión
del riesgo y su cobertura asociado a todo proyecto de inversión empresarial.
Al
elaborar el presupuesto de costes financieros generados por estas inversiones,
ha de considerarse la posibilidad de contar con ayudas e incentivos. En nuestro
país, el Programa PITMA permite, en algunos casos financiar hasta el 100% del
proyecto. En el cuadro N° 1 se indican los subprogramas del Programa Industrial
y Tecnológico Medio Ambiental (PITMA)[34].
Dicho subprograma ha de completarse con otros incentivos generales de apoyo.
3.2.
Particularidades del Presupuesto de I+D
La
elaboración de este presupuesto es siempre una tarea difícil y ardua pues,
para que sea eficaz[35],
generalmente requiere individualizar los proyectos, estimar su posible
rendimiento (proyectos a corto plazo) y asegurarse de que los programas
experimentales se ajustan a las predicciones de futuro del mercado (proyectos a
largo plazo).
cuadro
n° 1
programa
industrial y tecnológico medio ambiental (pitma)
Subprograma
de inversiones de corrección industrial. La subvención neta varía entre
un 15 % y un30 %. Subprograma
de inversiones en tecnología y proyectos industriales de I+D. La subvención
neta varía entre un 40% y un 60% en PIMES y entre un 30% yun 50% en el
resto. Subprograma
de actividades formativas y de divulgación. La subvención neta puede
llegar hasta el 100% |
Pero
además, en la I+D relacionada con el medio ambiente concurren expertos de
disciplinas muy variadas y presenta una asignación de costes entre diferentes
programas muy complicada, siendo ésta una de las principales dificultades técnicas[36]
del proceso presupuestario de la gestión medio ambiental.
Por
otra parte, el coste y el riesgo de fracaso en este campo de investigación
suelen ser muy elevados, de ahí que, al menos en Europa, la mayor parte de las
empresas hayan acudido a acuerdos temporales con sus competidores, proveedores
y/o clientes, las universidades y otros organismos de investigación. Así por
ejemplo, en España la mayor parte de esta investigación se ha venido
realizando[37]
mediante acuerdos temporales de colaboración con otras empresas europeas y
contratos con las Universidades, CSIC y CIEMAT.
Como
ejemplo de los resultados alcanzados y la necesidad de avanzar en esta
investigaciones, el cuadro nº 2 recoge los principales "Sistemas
Expertos" desarrollados para la gestión medio ambiental[38]
3.3.
Presupuestos de compras y consumo de recursos naturales
Los
programas de consumo y compras detallan la cantidad, la calidad y los plazos
para el consumo y la adquisición de materiales respectivamente. Los
presupuestos de materiales traducen a unidades monetarias dichos programas,
detallando variables como los precios de adquisición, el coste por consumo, los
costes de inspección y comprobación de materiales, los costes evitables cuando
la calidad de los materiales es aceptable, etc.[39]
La
elaboración de los programas y presupuestos de compras y con- sumo de recursos
de origen animal, vegetal o mineral presenta generalmente una gran dificultad
por ser dichos recursos de naturaleza y calidad muy variable y porque los
productos a obtener no siempre están estandarizados. Así, por ejemplo, en las
industrias de conservas alimenticias la mezcla de materias primas a consumir
puede varias en función de la incidencia del clima sobre la cosecha.
Ante
la imposibilidad de establecer estándares técnicos para una buena parte de
estos recursos, Meyer[40]
recomienda acudir a estándares estadísticos, teniendo en cuenta la naturaleza,
la calidad, las dimensiones, etc., tanto de los inputs como de los outputs.
Excluidos
los recursos naturales energéticos, que analizamos en el epígrafe siguiente, a
esta problemática general se añade que para algunos recursos naturales no
existe un precio de mercado, pues hasta épocas muy recientes se habían
considerado como recursos ilimitados[41] gestionándolos de acuerdo con lo que se ha denominado
"Engaño MacNamara" descrito por Gray [42]
como sigue:
«El primer paso consiste en medir todo aquello que pueda medirse fácilmente. Esto es perfecto hasta ahora. Lo segundo es prescindir de todo lo que no puede medirse con facilidad o no puede dársele un valor cuantitativo aproximado. Esto es artificial y engañoso. El tercer paso es suponer que lo que no puede medirse fácilmente no tiene importancia. Esto es "ceguera". El cuarto paso es decir que lo que no puede medirse es que no existe en realidad. Esto ya es un "suicidio"».
El
suelo, por ejemplo, se ha considerado como un recurso ilimita- do. Por ello en
el precio de adquisición de un terreno sólo se toma en consideración su
situación actual y no su posible erosión. Como con- secuencia, las empresas
cuya actividad comporta una degradación acelerada del suelo (degradación que
se convertirá en esterilidad a largo plazo) pueden estar obteniendo beneficios
siempre y cuando se prescinda del agotamiento de este recurso natural. Así
ocurre en actividades de cultivos intensivos, tala (sin reposición) de bosques,
pastoreo ovino, etc.[43].
Pueden hacerse consideraciones similares para el agua dulce, los bancos de pesca
o las reservas minerales.
Una
gestión empresarial adecuada debe tener en cuenta esta problemática,
especialmente cuando los recursos naturales constituyen la materia prima básica
y técnicamente puede comprobarse su disminución o deterioro, incluyendo en sus
presupuestos un "coste por agotamiento". La estimación de dicho coste
dependerá de la vida útil y la capacidad productiva estimadas para cada
recurso. Además, cuando es posible, deberá estimarse el "coste de
restauración", al que nos referiremos posteriormente.
La
valoración de los recursos cuya vida útil y/o capacidad productiva no puede
estimarse, como por ejemplo el aire o el mar, dependerá de los juicios de valor
característicos del modelo gerencia! de cada empresa[44] y, en todo caso, ha de ser como mínimo el coste
derivado del cumplimiento de la legislación en vigor.
3.4.
Repercusiones presupuestarias por mejora de la eficiencia energética
La
energía es la base de la sociedad industrial [45],
representando los .combustibles fósiles y la energía nuclear las fuentes energéticas
mayoritarias.
Los
combustibles fósiles son responsables de gran parte de las emisiones de CO2,
estimándose que su intervención en la intensificación del efecto invernadero
se sitúa alrededor del 60%[46].
La reducción del consumo de este tipo de combustible (especialmente petróleo y
carbón) es un componente esencial para reducir el riesgo de cambio climático,
de ahí que las políticas energéticas de diversos países hayan experimentado
grandes cambios. En cuanto alas implicaciones medio ambientales de la energía
nuclear, suponen un coste muy elevado en las operaciones de explotación de las
centrales, en la evacuación definitiva de los residuos de alta actividad y en
el desmantelamiento una vez agotada su vida útil.[47]
Al
presupuestar el consumo de materiales energéticos, en su mayor parte
combustibles y materiales para mantenimiento, junto a los condicionantes tecnológicos,
productivos y de seguridad, han de considerarse los procedimientos de ahorro
energético y la legislación en vigor.
En
los inmuebles, el consumo energético puede disminuirse mediante el aislamiento
de techos y paredes, la utilización de calderas con condensador, de bombas de
calor, de lámparas fluorescentes compactas, etc. En las actividades
industriales existe una amplia gama de tecnologías de ahorro energético. Junto
a las indicadas en el apartado anterior destinado a planificación, pueden
mencionarse el uso de membranas selectivas (en lugar de procesos de destilación)
para la separación de fluidos, la fabricación de nuevos catalizadores para
acelerar las reacciones químicas y/o realizarlas a temperaturas más bajas,
etc.
En
cuanto a la legislación en vigor, en ocasiones fomenta el consumo de ciertos
carburantes menos contaminantes. La reducción de impuestos sobre la gasolina
sin plomo[48]
nos puede servir de ejemplo.
3.5.
Uso de reciclados
Puede
definirse el reciclado como cualquier material usado que sometido a un
determinado proceso de transformación es susceptible de nueva reutilización
interna o de venta a terceros. El reciclado permite obtener productos destinados
a un uso similar al que tenía el material reciclado (vidrio, papel, etc) o bien
a una aplicación totalmente diferente (recauchutados, plásticos reciclados,
etc).
Sea
cual sea el uso posterior del material reciclado, la empresa está interesada en
este tipo de materiales siempre y cuando le suponga un ahorro de costes o bien,
en el caso particular de los envases, cuando el cliente rechace un determinado
producto por el efecto contaminante de su envase.
El
ahorro de costes se refleja en el presupuesto de materiales cuando el uso de
reciclados comporta una disminución en la cantidad y/o el coste unitario de las
materias primas, de la energía y de otros materiales. También habrá de
presupuestarse el coste de eliminación de residuos y, cuando es posible, el
ahorro por reutilización interna como inputs reciclados, siendo en ocasiones
muy difícil de diferenciar estos últimos reciclados de los subproductos.
Los
envases y embalajes constituyen actualmente uno de los aspectos fundamentales en
la planificación de la mezcla de marketing para productos de consumo masivo y
especialmente en las industrias alimentaría y cosmética.
Tras
las campañas para eliminar los aerosol es de estos últimos años, el nuevo
frente de batalla del "mercado verde" se sitúa en la utilización de
plástico reciclado para el envasado de bebidas, precocinados y cosméticos. Las
experiencias de Coca-cola, Pepsi-cola, Kraft y Heinz parecen indicar que este
nuevo envasado tiene un mayor coste Y sin embargo los consumidores de algunos países
están dispuestos a asumirlo, rechazando el plástico no biodegradable[49].
Como contrapunto, el gravamen italiano para las bolsas de plástico no
biodegradable[50]
supuso que el precio de dichas bolsas se triplicara, disminuyendo su consumo en
un 40% en el periodo 1989 a 1992.
3.6.
Efectos nocivos
Los
efectos de la actuación empresarial sobre el entorno natural, amo ya señalamos,
pueden ser de carácter reversible, irreversible, acumulativo o retardado,
siendo frecuente que una misma actuación combine dos o más clases de efectos.
En
la presupuestación de actividades con efectos reversibles ha de estimarse el
"coste de restauración" que permite recuperar el entorno ,natural en
condiciones aceptables. En la práctica dicho coste es de difícil cuantificación
pues no suelen existir técnicas de medida y/o criterios de valoración contable
aceptables, objetivos y verificables[51]. Por, ello suelen utilizarse "presupuestos
techo"[52]
para actividades como proyectos de regeneración urbana[53],
restauración de suelo contaminado[54],
saneamiento de aguas[55],
limpieza[56], etc.
Este
presupuesto ha de considerar como mínimo los costes que comporta la legislación
en vigor sobre "impuestos verdes"[57], actividades molestas, insalubres y peligrosas, gestión
de residuos, etc.
Por
otra parte, la planificación y la presupuestación medio ambiental de eliminación
de efectos nocivos, permite identificar riesgos acerca de la seguridad, la
nocividad, las sanciones y las posibles catástrofes, facilitando la selección
de seguros y la estimación de contingencias y riesgos financieros. Por ejemplo,
la gestión de residuos depende del grado elevado, moderado o bajo de los
mismos. Si el riesgo es elevado, la empresa soportará unos costes de disminución
de generación control, transporte y eliminación de residuos peligrosos[58].
Dichos costes son mucho menores cuando el riesgo es moderado o bajo.
Si
a pesar de lo indicado anteriormente se producen efectos irreversibles, la
empresa se enfrenta con el agotamiento de ciertos recursos y, en casos extremos,
con catástrofes ecológicas. En epígrafes anteriores se ha analizado el
"coste por agotamiento", por lo que a continuación nos referimos sólo
a las catástrofes.
El
24 de marzo de 1989, el petrolero Exxon Valdez provocó una marea negra en
Prince Willian Sound (Alaska) al esparcir en el mar 11 millones de galones de
petróleo bruto. Tras esta catástrofe, los costes de limpieza cubiertos por las
compañías aseguradoras ascendieron a 850 millones de dólares, mientras que
Exxon Corporation hubo de asumir una responsabilidad financiera de 1.000
millones de dólares[59].
La reciente catástrofe del Petrolero Mar Egeo, en las costas de La Coruña, ha
provocado unas pérdidas en la agricultura, la pesca y el marisqueo estimadas en
8.000 millones de pesetas, a la que ha de añadirse las derivadas de la contención
y limpieza del petróleo.
Las
catástrofes reflejan el fracaso de la planificación, la presupuestación y el
control medio ambiental, además del fracaso en las medidas de seguridad
adoptadas. Sus efectos son tan devastadores e irreversibles que no existe
ingreso capaz de compensar su coste ecológico y por ello, en nuestra opinión,
no deben realizarse actividades que comporten tan alto riesgo.
Si
prescindiendo de las consideraciones anteriores la empresa decide emprender
estas actividades de alto riesgo, ha de incluir en sus presupuestos operativos
una prima de seguro que le permita hacer frente a dicho riesgo. En la práctica,
las compañías de seguro y reaseguro sólo cubren parcialmente estos riesgos y
por tanto las pólizas de seguro deben combinarse con un autoseguro para las
responsabilidades que de ellos puedan derivarse.
En
cuanto a los efectos retardados y acumulativos, como ocurre por ejemplo con
algunos fertizantes[60],
su presupuestación será análoga a la de los efectos reversibles ó
irreversibles, añadiéndose la posibilidad de que los costes de limpieza sean
compartidos con otras entidades.
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[1] Para un análisis en profundidad, vid.: VARIOS AUTORES, 1992. Para el control de la gestión medio ambiental véase el trabajo siguiente de F. Elorriaga.
[2] Cfr.: STEPHAN, 1992. Pág. 599.Este autor señala como quinta posición "la integración completa de la gestión medio ambiental". En nuestra opinión, dicha integración también tiene cabida en las demás posiciones (exceptuada la primera), siendo la característica distintiva del máximo grado de asimilación su incidencia sobre todas las áreas de responsabilidad, tanto técnicas como no técnicas.
[3]
Por ejemplo, durante las dos últimas décadas, Indonesia se ha aprovechado
profundamente de sus considerables dotaciones de recursos naturales para
financiar su desarrollo. Vid.: REPETTO,1990. Págs. 38-44.
[4]
ALVAREZ LOPEZ y BLANCO IBARRA, 1992. Pág. 18
[5]
MORETZ, 1991. Págs. 73-76.
[6]
Cfr.:AECA, 1992 (a). Párr. 1.1.
[7] Los efectos sobre la Contabilidad Financiera de este posicionamiento pueden verse en: FERNANDEZ CUESTA, 1992. Págs. 397-408; GINER IN- CHAUSTI, 1992. Págs. 681-692.
[8]
Vid.: CLEVELAND y KING, 1980. Págs. 47-54.
[9]
Por ejemplo, en 1989 se estimó que de aprobarse la legislación
estadounidense anticontaminación, la instalación de controles supondría a
las compañías eléctricas de aquel país entre tres mil y cinco mil
millones de dólares anuales. Las empresas que ya dispusieran de dichos
controles evidentemente se ahorrarían estos costes. Cfr.:
EDGERTON, 1989. Págs. 66-67.
[10] Vid., entre otros: FERNANDEZ SANCHEZ y FERNANDEZ CASARIEGO,1988.
[11] Cfr.: CLEVELAND y KING, 1980.
[12] AMAT Y RIERADEV ALL, 1990.
[13]
Los desperdicios y desechos son consecuencia del proceso productivo. A
diferencia del desperdicio, el desecho puede reutilizarse internamente o
venderse. Ello permite ahorrar costes (consumo interno) u obtener unos
ingresos adicionales (venta al exterior). Cfr.: AECA, 1992 (b) Párr. 2.3.2.
[14]
BAKER, 1991. Págs. 33 y 34.
[15]
BURRIT y MAUNDERS, 1990. Pág. 3. Como afirman estos autores, la escuela de
pensamiento dirigida por Lovelock afirma que la Tierra misma es un sistema
viviente y autorregulador (Gaia), de modo que cualquier efecto significativo
y amenazante para el sistema, producido por cualquier especie (incluido el
Horno sapiens), puede inducir a una respuesta de Gaia para eliminar la
fuente que da lugar a dicho conflicto. Vid.:
LOVELOCK, 1982 y 1988.
[16]
Vid.: O.C.D.E.,
1975. Pág. 20.
[17] Nuestra Constitución- de 1978 refleja, en su artículo 45, el Derecho al medio ambiente. Pero además, la legislación por responsabilidades civiles y penales es especialmente dura. Así, el artículo 347 bis de nuestro Código Penal indica: "Será castigado ...el que, contraviniendo las leyes o reglamentos protectores del medio ambiente, provocare o realizare directa o indirecta- mente emisiones o vertidos de cualquier clase, en la atmósfera, el suelo o las aguas terrestres o marítimas, que pongan en peligro grave la salud de las personas, o puedan perjudicar gravemente las condiciones de la vida animal, bosques, espacios naturales o plantaciones útiles".
[18]
La urgencia
de adoptar este tipo de planteamientos se pone de manifiesto cuando
consideramos las catástrofes (derramamientos de petróleo, escapes
nucleares, etc.) para la vida humana y el entorno natural, así como los
pronunciamientos internacionales que se han generado en los últimos
tiempos. Por citar sólo dos ejemplos, recordemos la Declaración de
Estocolmo, en junio de 1972, y la Carta Mundial de la Naturaleza, adoptada
por la Asamblea General de la ONU el 28 de octubre de 1982. La primera se
inicia afirmando:
"El hombre tiene un derecho fundamental a la libertad, a la igualdad y a condiciones de vida satisfactorias, en un medio ambiente cuya calidad le permita vivir con dignidad y bienestar. El hombre tiene el deber de proteger el medio ambiente y de mejorarlo para las generaciones presentes y futuras".
La Carta Mundial de la Naturaleza, que además de protección jurídica de- manda una conducta moral ante el entorno natural, señala:
"La humanidad forma parte de la naturaleza y la vida depende del funcionamiento ininterrumpido de los sistemas naturales que son la fuente de energía y de materias nutritivas".
[19] CASTAN, 1989. Págs. 135-152.
[20] Entendemos por nuevo producto los productos realmente nuevos en el mercado, las mejoras y extensiones de productos de la cartera existente y los productos sólo nuevos para la empresa en estudio. Para el análisis del proceso de selección de nuevos productos, hemos introducido las cuestiones medio ambientales en las etapas señaladas por: FERNANDEZ SANCHEZ y FERNANDEZ CASARIEGO, 1988. Págs. 194-200.
[21] CHOUCHAN, 1992. Págs. 738-744.
[22] PAPELERA PENINSULAR, 1992
[23] Recordemos que, como afirma Nueno, "el despilfarro de recursos aso- ciado a los fracasos industriales es enorme". NUENO, 1991. Pág. 11.
[24] Vid., entre otros: FORD, 1992,
[25]
Vid.: AMAT Y
RIERADEVALL, 1990.
[26]
AECA, 1992
(a). Pág. 30,
[27] FANJUL SUAREZ, 1989. Págs. 109-123
[28] Cfr.: ICAC, 1992; AECA, 1992 (c).
[29] Algunos ejemplos pueden verse en: FERNANDEZ CUESTA, 1992. Pág. 400. I
[30] Cfr.: ROHAN, 1992; ANONIMO, 1992; HOMBURGER y SELMAN, 1990.
[31] Cfr.: SHARP, 1992. Págs. 55-56.
[32] EITF-Issue 90-8.
[33] EITF-Issue 89-13.
[34]
Elaborado a
partir de: GOMEZ GRAS y RUIZ MAJAN, 1992. Págs. 600-
604.
[35] AECA, 1992 (a). Págs. 65-69; CAÑIBANO, 1988.
[36]
Cfr.: CHRISTOPHE, 1989. Pág. 343.
[37]
AMAT Y
RIERADEVAL, 1980.
[38]
Elaborado a
partir de: MORALES ORTEGA, 1992. Págs. 632-634.
[39] Vid.: AECA, 1992 (b).
[40] MEYER, 1979. Págs. 118-119. J
[41]
Vid., entre
otros: LEIPERT Y SIMONIS, 1988; PEARCE y OTROS, 1989; GLIGO, 1990; MARTINEZ
ALIER Y ASCHÜPMANN, 1991.
[42]
GRAY, 1990. Pág.
2.
[43]
Vid. ejemplos
detallados en: BURRITT y MAUNDERS, 1990; MARUYAMA, 1989; COOPERMAN, 1992.
[44]
Vid. el anterior apartado 2. Planificación de la gestión medio ambiental,
e este trabajo.
[45]
YERGIN Y OTROS, 1991.
[46] GRUBB, 1992. Pág. 756.
[47] Vid.: IRANZO, 1992. Págs. 493-495.
[48]
En el Reino
Unido, el precio de la gasolina sin plomo es un 8% m; en que el de la
gasolina super. En el periodo abril de 1989 a marzo de 1990, en dicho país,
el consumo de gasolina sin plomo pasó del 4% al 30% del consumo de gasolina
para automóviles. Cfr.: COUCHAN, 1992. Págs, 740 Y 741.
[49]
WINTERS,
1992. Pág. 30.
[50] COUCHAN, 1992. Pág. 741.
[51]
En este mismo
sentido, vid.: ANDERSON, 1992.
[52]
El
"presupuesto techo" no puede sobrepasarse sin una aprobación
previa de la dirección. Cfr.: AECA, 1992 (b). párr. 3.3.
[53]
GRAY,
1989.
[54]
ROHAN,
1992.
[55]
GARNER, 1991.
[56]
RUBENSTEIN,
1992; BURLANDO Y OTROS, 1992
[57]
Para la Comunidad Económica Europea, una parte de estos impuestos gravan la
adquisición de determinados materiales, combustibles y vehículos a motor o
la generación de residuos, incluyéndose en sus presupuestos respectivos,
Dinamarca, Francia y Holanda cuentan además con un impuesto específico
destinado a la mejora del medio ambiente. Cfr.: HIGON y ROIG, 1992. págs,
622 y 623.
[58]
NEWELL y
OTROS, 1990.
[59]
EDGERTON,
1989; RUBENSTEIN, 1989; RUBENSTEIN, 1990.
[60]
POWER Y
BROADBENT, 1989.
(Nota: Trabajo publicado dentro del libro colectivo: "Nuevas Tendencias en Contabilidad de Gestión: "Implantación en la empresa española" Coordinadora: Emma Castelló Taliani. Ediciones AECA. Madrid 1993 (Agotado). Cualquier reseña o reproducción parcial de este trabajo deberá hacer referencia a esta publicación de AECA).